Un año bajo el roble
Nuestra finca está flanqueada por majestuosos árboles que bailan al son de las estaciones.
En los días más calurosos del verano, ofrecen un fresco cobijo a los habitantes de estas tierras. Los caballos y las ardillas del bosque cercano, se alimentan de sus frutos en los días dorados del otoño. Según avanza el invierno, nos descubren sus sinuosos esqueletos y nos deleitan con efímeros juegos de luces mientras la tierra duerme…
… y de pronto, la vida se vuelve a abrir paso entre sus ramas. Comienza de nuevo el ciclo mágico de la naturaleza, ¡y vosotros también sois parte de ella!



La cabaña

Los días de lluvia y frío, nos refugiamos en nuestra pequeña cabaña para contar historias, compartir lecturas sobre bosques y lugares imaginarios, y celebrar pequeños rituales que nos hacen sentir como en casa.


